Hoy en día, es común escuchar estos términos o que alguien te cuente que se siente deprimido. ¿Pero cuál es la diferencia?
Tristeza es un estado emocional normal en cualquier ser humano, así como nos reímos cuando algo nos parece gracioso, es esperable sentirse con un estado de ánimo disminuido si algo sale mal, ante una pérdida o cualquier situación en la vida que no sea gratificante.
La diferencia principal es la intensidad, duración y malestar general que afectan la funcionalidad del individuo. No es lo mismo pasar un día bajo de ánimo, en casa, acostado y levantarse al siguiente día recuperado y motivado para ir al trabajo, que tener 2 meses sintiéndose triste, la mayoría del tiempo, con afección del apetito, insomnio y sin ganas de hacer nada más que estar encerrado en cama. Son 2 panoramas completamente distintos.
Para el médico es importante hacer la diferencia, ya que las implicaciones físicas y emocionales en caso de depresión, suelen ser desgastantes.
¿Qué causa la depresión?
En la actualidad, se sabe que existen trastornos bioquímicos a nivel cerebral que conllevan a la depresión; además de factores genéticos que predisponen. Esto es importante tenerlo claro, ya que es común escuchar que esta enfermedad es un invento de los tiempos modernos, que son pretextos de los psiquiatras para hacer dinero y otro sin fin de justificaciones. El problema es que la persona afectada en un inicio no logra hacer la diferencia y no busca ayuda. Los familiares y personas cercanas, influenciados por una serie de mitos, le restan importancia y piensan que con un poco de ánimo y realizando alguna actividad recreativa pasará.
La depresión puede ser mortal si no se trata a tiempo. El riesgo de suicidio es 20 veces mayor que la población general, de acuerdo a la OMS. Por tanto, sí es una condición seria en salud.
¿A quién acudir: un psicólogo o un psiquiatra?
Aunque ambas ramas de la salud mantienen similitudes, abordan la problemática de manera distinta. Mi recomendación, es primero acudir con un psiquiatra; es un especialista médico que podrá realizar un diagnóstico más preciso. Existen algunas condiciones que podrían también cursar con depresión, como lo es la esquizofrenia; una enfermedad mental compleja que se caracteriza por psicosis (alteración de los sentidos, la percepción, y la realidad) pero que también puede cursar con cambios en el estado de ánimo. Otra condición es el trastorno bipolar, que fluctúa entre ambos extremos, sea depresión , manía o hipomanía (cuando el estado de ánimo está elevado, la persona se siente hiperexcitada, el pensamiento está acelerado, habla mucho más rápido de lo usual, entre otros aspectos). Y así podría mencionar distintos diagnósticos médicos que pueden cursar con depresión, donde el abordaje es distinto y la medicación también.
El tratamiento farmacológico es necesario en la mayoría de las veces, las enfermedades mentales cada vez reapuntan más hacia trastornos hormonales, neuroquímicos y funcionales a nivel cerebral.
Sin embargo; el abordaje es multidisciplinario. Aquí es donde radica la importancia del psicólogo. Existen diferentes condiciones personales y ambientales, que podrían disparar una depresión. Por ejemplo; la pérdida de un ser querido, quedar desempleado, problemas económicos, un divorcio.
Hago hincapié; ¨PODRÍAN disparar una depresión¨. En muchos casos no existe ese factor desencadenante, el individuo sin causa aparente se siente sumamente triste, con incapacidad para sentir placer, trabajar o seguir con las actividades comunes del día a día. Este patrón suele ser común en mujeres postmenopáusicas, cuando hay una caída en los niveles de estrógenos.
El terapeuta ayudará a la persona para que pueda nuevamente ser funcional. Los traumas durante la infancia, carencias afectivas, entre otros; dificultan el avance. Pero sí pueden enfrentarse con ayuda profesional y salir más rápido de la depresión.
¿La depresión se cura?
Actualmente no existe cura. Lo que puede suceder son periodos de remisión y de recaída. Por esto es necesario que la persona tenga un seguimiento. En cuanto a la medicación, va a depender de la evolución de la enfermedad. Si el individuo está bien controlado, por al menos 1 año, con bajo riesgo de suicidio y no existen otras enfermedades concomitantes, el especialista podría considerar suspender la medicación. Sin embargo; esto va a depender mucho de cada caso. Lo que no es admisible, es medicar a personas sin indicación clara. La depresión tiene criterios diagnósticos muy específicos y en la actualidad existe una tendencia a sobremedicar, aún cuando no es necesario. Los fármacos son drogas y como tales podrían desencadenar efectos adversos. Los médicos los utilizamos bajo un principio de riesgo-beneficio. El beneficio debe sobrepasar el riesgo, para que sea considerado como una opción. Por esta razón, es importante que acudas a un especialista de confianza, que revises su experiencia y trayectoria. Como todos los servicios, existen médicos buenos y otros no tanto.
Espero te haya sido útil la información, si tienes alguna duda o consulta que quisieras realizarme, con mucho gusto estoy a su disposición. Deje su comentario en el cuadro inferior.
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